Llamas a una puerta y ahí no es. Llamas a otra y ahí tampoco. Y te vas cansando, y ese cansancio se transforma en desesperanza, en tristeza, en no me importa ya nada. Y aunque sigues necesitando, ya no pides, ya no imploras, ya todo te da igual.
La parte que más me gusta de conocer a una persona, es cuando habla de lo que lo apasiona, ahí ves la esencia, conoces su sonrisa más sincera y su brillo.
Se dice que las relaciones abiertas y el poliamor son otra forma de amar, ¿pero se puede amar en verdad y sentirse amado cuando tu pareja se reparte en cuerpo, mente y alma con otras personas?